El saber estar, siempre empeora en verano
Cuando hablamos de protocolo, hablamos también de urbanidad, de saber estar y de etiqueta.
Aunque son clasificaciones distintas, al final todas son reglas escritas y no escritas de cómo comportarse en ciertos momentos, cómo y dónde colocarse en un evento, qué modales guardar y qué imagen mantener.
Todo está relacionado por lo que en un acto institucional o evento empresarial siempre van a existir una exigencia mínima de estos cuatro factores.
Pero, ¿y en el día a día? Es evidente que diariamente tenemos que guardar un comportamiento y un saber estar concordante al día a día, unas normas no escritas en relación con el civismo, la urbanidad, el no molestar al que está enfrente y no sobrepasar nunca los límites de tu libertad.
Qué ocurre con el hoy, ahora, el verano
Esta época del año, en la cual, olvidamos muchas cosas y obviamos otras más.
Tono de voz
En verano por regla general, existen por un lado, aquellas personas más eufóricas (los que estén de vacaciones o las tengan muy próximas) y por otro lado, los que están más “aplanados” porque se encuentran trabajando y afectados por el calor.
Por una cosa o por otra, en verano gritamos más. Utilizamos un tono de voz mucho más alto de forma que por supuesto, molestamos no solo a la persona a la que nos dirigimos sino también a las que hay alrededor.
Normas cívicas
Perdemos el respeto por las normas de saber estar.
La temperatura sube y todos nos sentimos más cansados, con menos fuerza. Y nos hacemos “los locos” con las normas de comportamiento.
→ En cuanto a la etiqueta
Tanto en el día día, que parece que consideramos aptos ir vestidos como si fuéramos a la playa con el fin de paliar el calor y no pensamos en la imagen, en si vamos acordes o no para mantener una reunión, para hacer las compras pertinentes o para ir a cenar. No todo está admitido, por favor.
ChicShoppingSevilla tiene un post muy interesante donde nos ofrece alternativas para vestir en verano y días calurosos, sin perder los modales ni el estilo.
Lo mismo ocurre en los eventos, en bodas sobre todo (ya que son los eventos que más se siguen celebrando en esta época del año), donde rompemos las normas de etiqueta con muchísima más facilidad.
Olvidamos, por parte de los hombres, las corbatas y las chaquetas.
Las mujeres por su cuenta, deciden llevar hombros, espalda y escotes al aire (sin respetar si la boda es celebrada en la Iglesia por ejemplo) y el “TODO VALE por el calor” se generaliza.
NO, existen tejidos, medias de temporada, colores, etc. que nos ayudan a paliar el calor, acordes con la temporada que nos permitan ir más “frescos” pero no demos la nota al respecto (en breve escribiré sobre la etiqueta para los eventos).
Con la etiqueta, debemos recordar también guardar un correcto “aseo”. El olfato va directamente vinculado a la comunicación. Si el olor corporal que desprendes es fuerte o se relaciona con el “sudor” no estarás dando buena imagen y no solo eso, sino que la persona que tienes enfrente trabajará por tenerte lo más lejos posible.
Utiliza aromas frescos, de verano, agradables y no muy pesados. Agradarás mucho más y tú mismo/a te sentirás mejor.
→ En cuanto al comportamiento a las normas de comportamiento.
Igual que ocurre con la etiqueta, no podemos pensar que todos los sitios a los que vamos en verano son chiringuitos de playa donde igualmente “no todo está permitido”.
Por favor, para comer, ni siquiera en el chiringuito se deben admitir prácticas como:
— Comer sin Camiseta
— Comer en Bikini o Bañador
— Ir Descalzos
— Con Gorros o sombreros descomunales
— No todo se come con las manos. Lo que está permitido sí, lo que no, utilicemos los cubiertos
Es muy típico ahora en verano, tomar gazpachos, salmorejos, ensaladas… RECUERDA
— No sorber
— No empinar el vaso o cuenco para apurar hasta el final
— En el caso de las ensaladas, sírvete del plato común a tu plato
— Cuidado con la bebida, siempre «con moderación». El calor puede jugarte una mala pasada y abusar de la bebida refrescante con alcohol, fácil de ingerir, puede terminar haciéndote perder los papeles y por supuesto, los modales
El saber estar, la urbanidad, la etiqueta y el protocolo existen todos los días del año. Se entienden ciertas características de la época, la temperatura, etc. que nos hagan olvidarnos un poco pero siempre debemos volver a recordar que los buenos modales son imprescindibles en cualquier momento y época.