Seguro que a lo largo del año, eres invitado/a a más de dos o tres de este tipo y habrá alguno que te de un poco o mucha pereza, pero seguro que hay otro que te hace ilusión y te apetece mucho porque todos tenemos un/a amigo/a que siempre está deseando formar «La marimorena».

Pues sí. Hay quienes traemos este «defecto» de fábrica y nos encanta celebrar, organizar y sobre todo reunir.

Estos encuentros los catalogamos como eventos privados, que se organizan para que amigos, familiares y seres queridos, se reúnan y pasen un rato agradable, repleto de risas y diversión (a poder ser). ¿Y? Que tengamos un buen recuerdo de ese encuentro.

A ver, celebrar un cumpleaños, un aniversario o una reunión no tiene porqué implicar montar una «fiesta por todo lo alto». Un evento, una gran lección que se me quedó grabada, ha sido un GRAN EVENTO si la persona que lo recuerda o habla de él, lo hace con una sonrisa. Si el sabor de boca ha sido bueno, entonces ha sido un gran evento. Evidentemente cuando organizamos algo e invitamos, la principal intención es agradar y crear un ambiente excelente, ya sea como anfitriones o como invitados.

Sin embargo… no es tan fácil que todo el mundo se vaya con buen sabor de boca ¿verdad? ¿No te ha pasado nunca que te han amargado el evento porque no han acertado con aquel que te han sentado al lado? ¿O, que al final hubo tantísima comida que todo el mundo estaba empachado y se quedó el ambiente demasiado, relajado? ¿O que fue un día de muchísimo calor y no lo habías previsto? Los detalles siempre son importantes, y con que se escape tan solo uno o se haya pasado por alto algo, que considerábamos que no podría ocurrir, se nos «fastidia» el encuentro, que habíamos planificado con tanto esfuerzo e ilusión.

Un evento privado puede celebrarse de muchísimas maneras, puede hacerse en un domicilio, en un espacio reservado de un restaurante o alquilar un espacio porque cumples los 40 años y lo quieres hacer a lo grande. Puedes ser más cómodo/a y contratar un catering o por el contrario, prefieres sorprender a tus invitados con tus dotes culinarias, y así mil cosas más.

Es decir, puedes limitarte a hacerlo tú todo o por el contrario, contar con un profesional en el que confiar, que lo organice todo y no tener que estar pendiente más que de pasarlo bien. Porque como hemos dicho, el recuerdo es lo más importante y con los detalles hay que ser minucioso.

¡Por eso existe la profesión de organizadores de Eventos! Porque somos expertos en cuidar los detalles, en la exquisitez y que todos, tanto el anfitrión como los invitados, se vayan con el mejor de los recuerdo.

Puedes contar conmigo y te propondré ideas, te ayudaré a que ese día «sea de los que los invitados recuerdan y sonríen» y si lo que quieres, es crear una fiesta por todo lo alto, lujo, glamour, detalles, momentos y música para animar la velada, porque es tu cumpleaños, vuestra pedida de mano o vuestro aniversario y ¡os lo merecéis! ¡Pues vamos a ello!

¡Vamos a formar «La marimorena»!

Contacta conmigo y te informaré sin compromiso.